Los chicos también lloran, pero sólo cuando el cielo les acompaña

Hoy me levanté pensando en ti…

En todo lo que podría ser y no es, en todo lo que sería y jamás será. Abro los ojos e inmediatamente busco una excusa para justificarlo, trato pero no encuentro un nuevo pensamiento que me libere de tu recuerdo. Llueve otra vez

Me doy cuenta de ello, y sé que estoy perdido; que cada día que llueve, te recuerdo como si tus manos aún aferrasen las mías antes del “Adiós”. Rememoro los días de un pasado demasiado lejano ya como para poder volver a sostenerlo sin el miedo a que se esfume como, poco a poco, lo ha hecho tu rostro en mi memoria.

¿Por qué después de haber soñado contigo ya no te recuerdo? ¿Por qué aún siento que tus labios acarician los míos, cuando todo no fue más que una fantasía producto del aliento que la lluvia abandona por las calles? Y ahora te echo de menos, como si hubiera sido ayer cuando me besaste por última vez y prometiste no olvidarme, como si no hubiese nada en mi vida que extrañe tanto como te añoro a ti. Como si tu rostro aún permaneciera indeleble en mi memoria, cuando ya ni siquiera reconocería el tono de tu voz, el sonido de tu risa, tu sonrisa… y la forma de cada rizo que solía envolver tu hermoso rostro.

Porque te recuerdo hermosa, bella… pero ya no sé ni de qué color eran tus ojos.

Y muero como cada día que llueve, desesperado. Quiero volver a conocer de memoria aquello que un día conocí, pero sé que no debo y entonces la veo

Ella duerme a mi lado y su rostro angelical te sustituye en todos los marcos que antes sostenían tus recuerdos. Sé que no puedo pensar en ti y sin embargo lo hago, y a veces es como si ella lo supiera, pero intentase ahogar mis memorias en su amor. Te amo aún, pero ella ha sabido encontrar el camino para hacer que la ame también. Su cuerpo se mueve a la vez que un suspiro se escapa entre sus labios rosados, carnosos, ahora míos, y la captura de un instante ya lejano llega a mi mente pero se esfuma cual espectro —porque eso es— al ella abrir sus ojos cristalinos.

Me mira y calla, esperando que sea yo quien diga algo, y un nudo se forma en mi garganta. No sé qué decirle y quisiera fingir, pero no he conocido y creo que jamás conoceré forma alguna de esconderle lo que siento. Sonríe, como sólo ella sabe hacerlo y sé… lo sé porque siempre es así… que ella me espera entre sus brazos.

Y como cada día que llueve, escondo mi rostro en su pecho, mientras su piel enjuga mis lágrimas, y le hago el amor para olvidarte… aunque ya ni siquiera te recuerdo...

salvo los días en los que la lluvia inunda las calles con el olor de tu recuerdo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Jajaja. Mola, creo que si tienes talento para escribir o almenos comparado con lo mio es algo muy pero muy bueno jajaja en fin chica yo de ti no lo dejaría. pero es tu salud